Los Kuczynskis

Por Guillermo Cifuentes

«No nos dejes caer en la tentación de olvidar o vender este pasado o arrendar una sola hectárea de su olvido
ahora que es la hora de saber quiénes somos y han de cruzar el río el dólar y su amor contra rembolso
arráncanos del alma el último mendigo y líbranos de todo mal de conciencia amén». Mario Benedetti

Está claro que nuestro invitado de hoy es Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y algunos de sus acompañantes en el escenario latinoamericano. Nombres como PPK, Macri, Martinelli, Toledo, Temer, Piñera, tienen en común CV’s muy parecidos en los que comparten prontuarios con linduras como “conflicto de intereses”, “paraísos fiscales”, “negociación incompatible”, “prófugo de la justica”, “uso de información privilegiada”.

La idea era comenzar el año con otros temas, pero no pude resistir al personaje y sus iguales, a sus copias o sus cómplices, a sus admiradores y compinches, a sus coautores en toneladas de “papers”, en sus enjuagues anticorrupción, en sus consignas y monsergas.

La verdad es que actúan con niveles de claridad tan grandes que se justifica nuestra permanente sospecha de que el problema no es ni ha sido la transparencia. Resulta que la nitidez de sus acciones es tal que nada justifica evitarlos ni como delincuentes, ni como corruptos, ni como empresarios, ni como políticos. “Es la hora de saber quienes somos” y de asumir con responsabilidad qué haremos.

Vamos con PPK. Un niño precoz, cuya familia debe recordar con indisimulado orgullo la hazaña de cuando lo contrató el Banco Mundial a los 22 años. Con ese trampolín inició su carrera de consultor y asesor financiero hasta alcanzar la experiencia suficiente para sacarle todo el provecho posible a aquellos años norteamericanos tan contradictorios del nacionalismo que expropiaba empresas transnacionales y más tarde al neoliberalismo que vendía las propiedades estatales para conseguir equilibrios fiscales.

Mientras se desempeñaba como funcionario -también precoz- del Banco Central del Perú, salió huyendo y cruzó a pie la frontera norte de su país luego de que sobre él cayeron todas las sospechas de haberse robado la página 11 del Acta de Talara, un documento que establecía las condiciones de la nacionalización de los campos petrolíferos de La Brea y Pariñas y las pasaba a propiedad del Estado peruano. PPK el funcionario del Banco Central del Perú, fue también acusado de haber transferido, después de la nacionalización, 17 millones de dólares a la International Petroleum Company (IPC) propiedad de David Rockefeller.

Si bien nunca fue confirmado “el escándalo de la “página 11” (la historia latinoamericana está demasiado llena de sospechas) lo que sí está probado es que el político peruano fue de inmediato recontratado por el Banco Mundial como Jefe Economista para los países de América Latina, y que sirviendo este nuevo cargo, PPK hizo lobby en los Estados Unidos, para que se le concediera al Perú, un préstamo de 150 millones de dólares destinados a pagarle a Rockefeller los bienes expropiados.

Así las cosas, nadie puede acusar a PPK de traidor a la patria.  No por los menos en esos años en que como poseedor de la doble nacionalidad norteamericana y peruana hacía ingentes esfuerzos para que se supiera cual era su patria y cual su ética.

Como a nadie le falta Dios, por esa época se abrieron grandes oportunidades para “técnicos” con el tipo de experiencia de PPK. Así, en 1980 regresa a su segunda patria y el presidente Belaúnde, lo nombra Ministro de Energía y Minas, cargo desde el que impulsa la Ley Nº 23.231, que otorgaba exoneraciones tributarias tan escandalosas a las empresas petroleras extranjeras que finalmente fue derogada.

Sus éxitos no paraban de exigirle nuevos sacrificios así que aceptó el nombramiento como Jefe Programático de la campaña presidencial del actual prófugo de la justicia peruana Alejandro Toledo. Pueden imaginar “calidad de las propuestas” y alguna de ellas las impulsó como Ministro de Economía. Debió renunciar ante la magnitud de las protestas en Arequipa, por la privatización (capitalización en dominicano) de las empresas eléctricas. Antes de dos años regresó al gabinete de Toledo como Presidente del Consejo de Ministros y allí fue que “aseguró lo suyo”:

Según Odebrecht, en un periodo de 10 años, que va de noviembre del 2004 hasta marzo del 2014, dos empresas vinculadas al presidente de la República (PPK), Westfield Capital y Firts Capital, giraron y cobraron facturas de Odebrecht, por 4,826,148,68 dólares por concepto de gastos, asesorías financieras, consultorías, desarrollo de productos financieros y bonos de éxito.

Esto supone pagos en la época en que el señor Kuczynski, era Ministro de Estado, entre el 2004 y el 2006 y también durante la candidatura presidencial del año 2011.

De acuerdo con la información entregada por Cruz, Odebrecht, pagó siete facturas por 782,207.68 dólares a la empresa Westfield Capital, entre noviembre del 2004 y diciembre del 2007.” (Diario La República de Lima, 14 de diciembre de 2017).

“Además, de acuerdo con el portal OjoPúblico: “El 19 de mayo del 2005, Kuczynski, firmó como ministro de Economía y en representación del gobierno de Alejandro Toledo, un contrato con la Corporación Andina de Fomento (CAF). A través de este documento, que también lleva la firma del entonces presidente regional Yehude Simon, el CAF otorgó US$ 77 millones de préstamo al Estado peruano para financiar el Proyecto Trasvase Olmos, ejecutado por Odebrecht. Seis días después, la compañía brasileña realizó un segundo pago a Westfield, bajo el rubro de “Comisión Estructuración y Colocación” por US$ 20 mil”. ( Diario La República de Lima, 14 de diciembre de 2017).

Durante esos positivos días para el político peruano fue que firmó el contrato que asignó a Odebrech varios tramos de la Carretera Interoceánica (por el tamaño algo así como la Punta Catalina peruana).

No se debe olvidar (nobleza obliga) que Pedro Pablo Kuczynski, tiene también una ONG: “Agua Limpia”. Desde allí realiza su labor social con la ayuda financiera de instituciones y organizaciones entre las que se destacan el Fondo Multilateral de Inversiones -FOMIN- del Banco Interamericano de Desarrollo, Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación –COSUDE-, Unión Europea, Banco Mundial, Scotiabank, Minera Barrick Misquichilca, Asociación Cerro Verde, Southern Copper, Mantaro Perú y Coca Cola. Los mal pensados pueden buscar entre los cooperantes a empresas favorecidas por ejecutorias de PPK como funcionario público, si las encuentran seguro que no es pura coincidencia.

El reciente indulto al criminal Alberto Fujimori, ha puesto a PPK en otra dimensión. La especulación, el enriquecimiento ilícito, los sobornos, la traición a los intereses de su país, se expone con frecuencia hasta con “glamour”, pero esta vez se ha igualado con Fujimori, haciéndose violador de los Derechos Humanos. Ha violado el derecho de los familiares de las víctimas a la justicia.

Para no cansarlos, digamos que ese es el perfil de PPK, muy similar al  de otros que gobernarán varios países de nuestra América en los próximos años y que han resultado electos en procesos electorales a los que se les debe reconocer su calidad de procesos democráticos.

Muchos considerarán que todo esto parece inexplicable, pero no lo es. Aun sin entrar en el análisis más profundo que necesariamente tendremos que hacer en el futuro, digamos que a pesar de que los “vendedores de ideas de segunda mano” hablan mucho de que los políticos son corruptos, a estos personajes los pintan más cerca de los “técnicos” o los presentan como empresarios. Y allí está precisamente la trampa: no se presentan como políticos, ellos son empresarios exitosos.

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