Y no hay que ser adivino (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

La versión chapulinesca
del malvado Ku Klux Klan,
viste negro tafetán 
en su misión rufianesca.
Está orden quijotesca,
aliada al nazionalismo,
se alimenta del cinismo
de funcionarios zoquetes,
que han enfocado en Zapete
sus actos de vandalismo.

La cabeza de Marino
la buscan como trofeo, 
llamándolo fariseo,
vende patria y celestino.
Y no hay que ser adivino 
para ver por donde viene
la intención de estos lerenes
que se enfocan en Zapete,
mientras tanto, Peterete,
sigue desfalcando bienes.

Hay que ser ruin y malvado
pa’reclutar a esta gente
pa’servirle a un presidente,
más que bandido, iletrado.
Los buscan en todos lados
sin hacer depuraciones,
ya que el fin de sus acciones
no es proteger la nación 
del dolo y corrupción, 
si no de estos campeones.

Esto revive el oprobio 
de aquella era del SIM,
que dirigía un malandrín 
en condición de microbio.
Pa’ estos tiempos transitorios 
muy diferentes a aquellos,
reclutar a estos plebeyos
para instaurar sangre y muerte,
podría acabar con la suerte
de este ungido leguleyo.

Si alguien agrede a Marino,
o si le pica un mosquito,
que se cuide ese mudito
de su inefable destino.
Aquí no valdrá padrino,
ni juez, ni ley adjetiva,
ni quien amarre la chiva
con el próximo gobierno.
Esto aquí, será un infierno
de protestas colectivas.

A la loca de Santiago
y a Consuelo Despradel,
que miren que van a hacer
con sus protestas por pago.
Que esa carterva de vagos
de esta orden miliciana,
no sabrá ni a mejorana,
cuando se arme esta cuestión,
pues al que esté en corrupción,
les vamos a entrar con ganas.

Juan de los Palotes
20 noviembre 2018

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