La perra Mino convivió por un año con un niño que murió y no se aparta de su tumba; Vídeo

Por José Luis de la Calva

(TAN THANH, Lâm Đồng, Vietnam, Asia).- En este poblado al sur del país, murió ahogado Khet, un niño de dos años de edad, de lo cual se dice que fue por descuido de su madre.

Tras la muerte de Khet, su perra de nombre «Mino», que había convivido con este por espacio de un año, lleva dos años de día y noche posándose sobre la tumba de su inseparable compañero.

Cuenta la agencia de noticias EFE, que los vecinos de Tân Thành, no salen del asombro ante el comportamiento de Mino.

Pese a los intentos por apartarla, la mascota, una perra adulta, pasa gran parte del día sobre la lápida del niño, mostrando su dolor por la partida de su amo o dueño.

Mino, tiene cuatro años y durante los últimos dos ha repetido incansablemente la misma acción: no se separa ni por un segundo de la lápida de Khet.

Una mañana, mientras la madre de Khet preparaba algo de comer, el pequeño salió corriendo de su casa, cruzó un camino de tierra y cayó al canal de agua que la familia tiene cerca sin que nadie se percatara del desgraciado accidente. No pudieron salvarlo.

Conforme a la arraigada tradición campestre vietnamita, el cuerpo de Khet, fue sepultado detrás de la casa. La misma casa donde Mino y él jugaron durante interminables jornadas.

Después del último adiós al pequeño, Mino realiza como un ritual una acción diaria: se instala sobre la lápida. Y ese lugar donde Khet, fue enterrado es el sitio donde la perra pasa más tiempo a lo largo de los últimos dos años.

«Traté de que dejara de ir porque no me parecía bien, pero siempre terminaba volviendo. Al final decidí permitírselo», relató Nguyen Thi Ut (57), abuela del pequeño fallecido, a EFE. 

Amigable, la perra interactúa con los visitantes y permanece unos minutos recostada junto a la mesa ubicada en la entrada de la vivienda humilde. Pero ese acercamiento a la familia dura lo mínimo indispensable ya que ella siente que debe volver al lugar donde Khet, fue sepultado.

«Siempre entra en casa un par de horas al mediodía y después vuelve a salir, aunque haga mucho sol o llueva. A veces incluso pasa toda la noche», concluye Ut.

Imagen de: Eric San Juan, de EFE

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