MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera
La reticencia del presidente reeleccionista, licenciado Danilo Medina Sánchez a reconocer la cruda realidad de su situación con miras a los comicios del venidero 15 de mayo debida a la crisis interna que él creó en el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, la registrará la historia como un caso “sui generis” de la política.
Nunca antes la mentira, la simulación y la patraña calculada se habían enseñoreado con tanta preeminencia en el quehacer político criollo.Parece que los dominicanos nunca sabremos a qué sabe la auténtica democracia; sobre todo la intrapartidaria y la extra partido.
La imposición de su criterio a “hacha y machete” en una suerte de “L`etat c`est moi” del Rey Luis XIV que pretende hacer valer la mediocridad ensoberbecida de un Danilo a un tris del delirium tremens que le causa el inminente fracaso de su propósito continuista, también lo llevará a libar el trago agri-amargo de la ridiculez.
La decisión de querer correr más que la bola, nunca es buena según el argot del beisbol. Sin embargo, el presidente con ansias asqueantes por seguir, se empecina en contrariar las aspiraciones de cambio de la mayoría del pueblo. Ese mismo conglomerado nacional que le dirá ¡No! el 15 de mayo.
El presidente Medina en su afán por continuar indefinidamente en la conducción del Estado, olvida las metas mensajes que le envió el doctor Leonel Fernández al PLD y a él cuando se declaró vinchista y prácticamente se negara a levantarle la mano en el acto de proclamación de su candidatura por el PLD.
Designar al doctor Fernández, Asesor General de su campaña, después de desconsiderarlo inmisericordemente, no sólo es una pantalla afrentosa, en tanto cínica, desvergonzada y aviesa; es el anuncio alegre de la intención que Danilo tiene de responsabilizar al presidente del PLD del fracaso de su nefasto proyecto.
El político, doctor Leonel Antonio Fernández Reyna, nunca ha sido santo de mi devoción, y él lo sabe; pues todo el que adversó al doctor José Francisco Peña Gómez, también es y será mi adversario mucho más allá de esta vida. Sin embargo, la nobleza obliga. Leonel no merece el trato que le da Danilo…
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