La mentira y el poder absoluto no duran mucho en Democracia

Por Ricardo Bustos

El ex secretario de Comercio del gobierno kirchnerista Guillermo Moreno, continúa con su política de sinceramiento ideológico al reconocer en una conferencia de prensa realizada en La Pampa, que «un grupo de descerebrados que no tienen un modelo, sino que experimentan desde lo económico y político, está gobernando el país».

Deberíamos recordar al impresentable del «modelo» que…»no aclare que oscurece», porque se está mirando al espejo de la administración que lo tuvo como peligroso protagonista, dueño de las decisiones mas autoritarias y violentas a la hora de «marcar el camino» a quienes no coincidían con el proyecto político de la «banda gobernante».

Humilló y maltrató a mujeres y hombres que se oponían a los ideales «ultras», los mismos que permitieron al gobierno de entonces amedrentar con amenazas que mas temprano que tarde destruyeron a las pequeñas y medianas empresas e hicieron cerrar varias industrias quedándose en algunos casos con las llaves de la misma y transformándolas en cooperativas que ellos mismos explotaron, inyectando dineros del Estado (algunas hasta la actualidad pero en vías de extinción).

Fiel a su estilo de persona «mal llevada», el impresentable, pidió a los seguidores de la agrupación «La Nestor Kirchner» , obviamente unida a «La Cámpora» que, como el actual es un «ciclo terminado desde lo económico y político», los peronistas (a los que dice representar) deberían ir unidos, mansos y tranquilos a las elecciones legislativas para jugar con la reserva y dejar a figuras como Cristina y Massa para las presidenciales».

Ante estos comentarios de Guillermo Moreno, imaginamos lo contento que debe estar Don Sergio Massa, por el lugar que le deja para sus aspiraciones, hermanándolo con la ex presidente en el año 2019 . Descartó que exista en el país una “escalada represiva” y menos aún ejecutada por el Gobierno de Mauricio Macri, algo que la mayoría de los ciudadanos también creemos.

Es tan sincero en sus dichos este hombre, que al «correr» de la escena a su líder política, olvida mencionar que, de los miles de seguidores que tenía la abogada exitosa al final de su mandato, ninguno puso el pecho para defenderla de la «turba belicosa» que quería cobrar sus salarios y reclamaba frente a la residencia gubernamental santacruceña.

Hoy solo queda de los que daban la vida por Cristina, un grupo residual en las redes sociales (son siempre los mismos que se reiteran con diferentes nombres) del resto, solo alguna aparición esporádica en los «todavía medios de difusión afines» con argumentos insostenibles a esta altura de los acontecimientos.

Nadie de los beneficiados con el «modelo» como Axel Kicillof (La Cámpora), Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), Carlos Heller (Partido Solidario), Gabriel Mariotto y Luis D’Elía (Miles), Edgardo Depetri (Frente Transversal), Hugo Yasky (CTA), Agustín Rossi (Corriente Nacional de la Militancia), Carlos Castagneto (La Kolina) y Víctor Santamaría (CGT Unidos y Organizados, Quebracho, Peronismo Militante, el Movimiento Nacional Alfonsinista, PCCE y muchos de los que a diario cortan avenidas y rutas en todo el país, apareció por Rio Gallegos.

Así las cosas y con referentes de la «talla» de Guillermo Moreno, los seguidores de Cambiemos, continuarán destapando botellas de champaña y los de Massa, tirando de sus cabellos porque no debe haber peor salvavidas que Cristina, para las aspiraciones de Don Sergio.

Alguien debería avisarle al autoritario ex funcionario kirchnerista que la mentira y el poder absoluto son perecederos. El pueblo no les cree y el poder ya no lo tienen. Las cadenas nacionales por radio y televisión ahora hay que pagarlas y en las redes sociales la gente responde a sus comentarios con burlas. Algo ha cambiado en la vida de los personajes que decidieron por nosotros durante 12 años.

El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556

Leave a Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.