¿Por qué somos así?

Por Ricardo Bustos

No importa si tienes 30/40 o 90 años

Si tuviste algún problema de salud que, sin el Covid-19 llevabas con absoluta normalidad y estuviste como yo, que no sé si estoy o no enfermo, pero por la edad soy descartable o como ellos llaman «grupo de riesgo» y te fuiste comiendo un pedacito de vida cada uno de los 240 días que nos tuvieron encerrados, deberías saber sin apelar a ninguna ideología de izquierda o derecha, que igual no sirvió para nada porque en Argentina nos prohibieron ver a muchos de los 40,000 familiares o amigos que murieron por Covid 19.

Si… Despierta y mira a tu alrededor, para ver el terror que provocaron en nuestras vidas mientras los «Movimientos Sociales», ese invento político sin líderes visibles, inunda de Covid-19 las calles y rutas del país cada día con sus manifestaciones y cortes de rutas.

Los Opositores con Banderas Argentinas y los oficialistas con camiones y colectivos y ahora como si fuera poco hasta los hinchas del River Plate, recuerdan un partido de fútbol que se jugó allá lejos, bien lejos en el tiempo y cortan todas las calles sin respetar NADA, como es costumbre en Argentina

Están debatiendo «Aborto SI o Aborto NO» pero no veo ningún debate sobre «Clases SI o Clases NO» y va pasando el tiempo con un país partido en mil pedazos sin siquiera poder intentar juntar algo de lo que se rompió porque ya ni sabemos a quien pertenece.

A la mañana el Presidente nos dice que no hay pobreza y a la tarde un informe de la Universidad Católica Argentina nos recuerda que 6 de cada 10 niños y adolescentes están desnutridos.

Los niños no van a la Escuela ni a comer o tomar una taza de mate cocido caliente con una galleta, los niños y adolescentes andan por las calles perdidos, haciendo «NADA» y se convierten en caldo de cultivo de comportamientos no aconsejables para su formación física e intelectual, porque además de la Escuela les quitaron el Deporte… «Mente sana en cuerpo sano»…

Tengo tanta impotencia como ciudadano, que cuando releo «Civilización y Barbarie» el libro que se adelantó al tiempo hace muchos años y tenía sustento porque lo escribió un hombre que fue Presidente de los argentinos y cuando finalizó su mandato se convirtió en el primer Director General de Cultura y Educación de mi Provincia, Buenos Aires.

Era Sanjuanino para mas datos. Ya no tengo dudas que elegimos la barbarie. Así nos va. Radicales, Peronistas, Socialistas, Comunistas, Vecinalistas, Partidos Políticos en quienes podíamos creer, tenían bases sólidas para llevar adelante sus ideas y hoy se convirtieron en sucursales a puertas cerradas, al servicio de los Gobiernos de turno. En todo el país sucede lo mismo y responden al poder central.

Ahora se pelean nuevamente para ver si se hacen o no las PASO con la millonada de pesos que representan en este momento tan caótico para el país. Se aprobará la Ley del Aborto, ya no quedan famosos para velar en la Casa Rosada y las vacaciones serán la goma gigante que borrará todos los dramas de los Argentinos que hoy no estudian, no trabajan y… no comen.

Una carta que circula por la web, firmada supuestamente por un filósofo español, destaca cómo es -a su entender- el argentino arquetípico.

De puño y letra del autor:

«Los argentinos están entre vosotros, pero no son como vosotros. No intentéis conocerlos, porque su alma vive en el mundo impenetrable de la dualidad. Los argentinos beben en una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto -el tango- y se ríen de la música de otro; toman en serio los chistes y de todo lo serio hacen bromas.

Ellos mismos no se conocen. Creen en la interpretación de los sueños, en Freud y en el horóscopo chino. Visitan al médico y también al curandero, todo al mismo tiempo. Tratan a Dios como «el flaco» y se mofan de los ritos religiosos, aunque los presidentes no se pierden un tedéum en la Catedral.

No renuncian a sus ilusiones ni aprenden de sus desilusiones. ¡No discutáis con ellos jamás! Los argentinos nacen con sabiduría inmanente. ¡Saben y opinan de todo! En una mesa de café y en programas de periodistas/políticos arreglan todo. Cuando los argentinos viajan, todo lo comparan con Buenos Aires. Hermanos, ellos son «el pueblo elegido»…por ellos mismos.

Individualmente, se caracterizan por su simpatía y su inteligencia, en grupo son insoportables por su griterío y apasionamiento. Cada uno es un genio, y los genios no se llevan bien entre ellos; por eso es fácil reunir argentinos, unirlos imposible.

Un argentino es capaz de lograr todo en el mundo, menos el aplauso de otros argentinos. No le habléis de lógica. La lógica implica razonamiento y mesura. Los argentinos son hiperbólicos y desmesurados, van de un extremo a otro con sus opiniones y sus acciones. Cuando discuten no dicen: «No estoy de acuerdo», sino: «¡Usted está absolutamente equivocado!».

Aman tanto la contradicción que llaman «bárbara» a una mujer linda, a un erudito lo bautizan «bestia», a un mero futbolista le dicen «genio», y cuando manifiestan extrema amistad te califican de «boludo», y si el afecto y confianza es mucho más grande, eres un «hijo de p…?

Cuando alguien les pide un favor no dicen simplemente «sí», sino «¿cómo no?». Son el único pueblo del mundo que comienza sus frases con la palabra ?no?. Cuando alguien les agradece, dicen: «No, de nada» o «No» con una sonrisa.

Los argentinos tienen dos problemas para cada solución. Pero intuyen las soluciones a todo problema. Cualquier argentino dirá que sabe cómo se debe pagar la deuda externa, enderezar a los militares, aconsejar al resto de América Latina, disminuir el hambre de África y enseñar economía en USA.

Los argentinos tienen metáforas para referirse a lo común con palabras extrañas. Por ejemplo, a un aumento de sueldos le llaman «rebalanceo de ingresos», a un incremento de impuestos «modificación de la base imponible» y a una simple devaluación «una variación brusca del tipo de cambio». Un plan económico es siempre «un plan de ajuste» y a una operación financiera de especulación la denominan «bicicleta».

Viven, como dijo Ortega y Gasset, una permanente disociación entre la imagen que tienen de sí mismos y la realidad. Tienen un altísimo número de psicólogos y psiquiatras y se ufanan de estar siempre al tanto de la última terapia. Tienen un tremendo super ego, pero no se lo mencionen porque se desestabilizan y entran en crisis. Tienen un espantoso temor al ridículo, pero se describen a sí mismos como liberados. Son prejuiciosos, pero creen ser amplios, generosos y tolerantes.

En síntesis, los argentinos son italianos que hablan en español. Pretenden sueldos norteamericanos y vivir como ingleses. Dicen discursos franceses y votan como senegaleses. Piensan como zurdos y viven como burgueses. Alaban el emprendimiento canadiense y tienen una organización boliviana. Admiran el orden suizo y practican un desorden irakí.

Son un misterio…»

El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi, Misiones, Argentina
DNI 7788556

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