Tarde, pero siempre nos enteramos

Por Ricardo Bustos

Prevaricato: La prevaricación o prevaricato, es un delito que consiste en que una autoridad, juez u otro servidor público dicte una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial, a sabiendas de que dicha resolución es injusta.

Esto es lo que hizo como juez de España un «prócer» del gobierno kirchnerista que perdió las elecciones y partió hacia su lugar en el mundo.

Se trata de Baltazar Garzón, quien apañado por los Derechos Humanos truchos, se refugió en nuestro país de la mano de la ex casi reina porque se dice «eran muy amigos» al haberse relacionado con las causas de los represores.

España lo juzgó y con una sentencia definitiva que dictó el Tribunal Supremo (que no se parece en nada a nuestra Corte), le aplicaron una pena de 11 años e inhabilitación para ejercer el cargo de juez en ese país, la pérdida definitiva de su condición de juez y prohibición para cualquier función en la justicia.

Como aquí siempre premiamos lo peor, en Argentina fué contratado como asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y mediante el decreto 2319/2012, la presidente Cristina Fernández le otorga su DNI argentino y lo designa coordinador en asesoramiento internacional en derechos humanos con cargo «extraescalafonario», (?) rango de subsecretario de Estado y un ingreso de 10.000 dólares por mes.

En el año 2012, la prensa española publicaba una información sobre los movimientos del juez Baltasar Garzón en América Latina y cómo hacía «caja» con los gobiernos latinoamericanos de Colombia, Ecuador y México.

Según varios sitios periodísticos españoles, en la península, a Baltasar Garzón Real se lo recuerda tristemente por su papel como represor de la izquierda y en general de los movimientos sociales del Estado español.

Como si fuera poco la ex-presidente lo nombró con otro Decreto, presidente ad honorem (?) del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH), con acuerdo de la Unesco, en representación de la cartera de Justicia. El constitucionalista Daniel Sabsay había advertido que con la designación de Garzón “hay una violación flagrante del requisito básico de idoneidad que ordena la Constitución en su artículo 16 para acceder y ejercer cualquier cargo público”. Tarde piaste… ahora renunció, pero ya es tarde.

La única reflexión que llega a mi mente ahora, pasa por el recuerdo fresco de todos los casos de corrupción que, aún conocidos, no han salido a la luz para que la justicia tome cartas en el asunto.

Los sueños compartidos de Bonafini y Schoklender con ilusiones destruidas para quienes confiaban en su casa propia, Las mentiras verdaderas de Zaffaroni y Oyarbide, La «caja» de la corona de Julio De Vido, el PAMI, Anses, Jaime, Schiavi, los fondos a Santa Cruz, Aerolíneas Argentinas, YPF, la compra de gas por millones de dólares y los barcos que lo traían nunca llegaron, los entramados oscuros del accionar que tuvo nuestro ex- vicepresidente de la nación adueñándose de la fábrica de hacer dinero.

Para la Auditoría General de la Nación, en su versión anterior con Despouy a la cabeza, el manejo de fondos de la Secretaría de Transporte, Fútbol para todos y Sueños Compartidos, son algunos de los ejemplos que mas complican al gobierno saliente.

Cuando se le suele preguntar a la gente por qué la Argentina no ha crecido en los últimos años y cada vez se va en un mayor deterioro como país y como sociedad, siempre se responde como principal causa la corrupción de su clase política.

Como vemos, nos dejan a mitad de camino porque todos estamos de acuerdo en que la Dictadura no fué nada agradable para los ciudadanos, pero con este tipo de Democracia no se puede continuar.

No alcanza con ganar elecciones, también se debe ganar la confianza de los pueblos con ejemplos que demuestren la voluntad de gobernar un país con honestidad y sin ladrones de guantes blancos.

Mi hijo me decía ayer algo en lo que no había prestado atención. Le comenté que debían aumentarle los haberes a las Fuerzas Armadas y de Seguridad para que no sean tentados por intereses corruptos y me respondió:

Que esa no es la solución porque los políticos ganan diez veces mas que un buen Policía y roban cien veces mas que un buen ciudadano.

Estamos en el horno y hace mucho calor, la luz se corta y ni agua fresca para mojar la mollera tenemos, así que la solución por ahora será aprovechar la inundación y poner los pies en el agua para que la sangre se enfríe un poco, empezar de nuevo y confiar que nuestra Argentina, como tantas veces, renacerá de sus cenizas.

El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556

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