Análisis de la cultura antinatalista

Por Horacio Fernando Giusto Vaudagna

Buenas tardes, mi nombre es Horacio Giusto, miembro Co-Fundador de Fundación Libre. Comparto y pongo a su disposición mi reciente artículo donde analizo la creciente moda antinatalista, en la cual se fomenta el éxito material individual por sobre la conformación de la Familia. En este aspecto resulta prudente no sólo analizar el colapso económico que genera ello, especialmente en el sistema previsional sino también cómo se debe traer una inmigración sustitutiva de las nuevas generaciones, bajo riesgo de no adaptarse culturalmente al país receptor.

-I- Hacia la inmigración sustitutiva y la eutanasia

“Los niños del Hombre”, película de ciencia ficción basada en la novela homónima de P. D. James, relata un futuro distópico en el que, por alguna extraña causa, la humanidad padece una severa infertilidad que afecta a casi la totalidad de la población. El relato muestra un Reino Unido, totalmente derrumbado, en el que la economía colapsó y tanto la inmigración como los refugiados conviven en un caos generalizado a causa de la desesperanza. Lo que parece una mera obra ficticia sobre lúgubres futuros de la humanidad, ciertamente posee estrechos vínculos con una realidad que eventualmente puede acaecer en la realidad más pronto de lo que algún lector imagina.

“Se prevé que la tasa global de fecundidad, que bajó de 3,2 nacimientos por mujer en 1990 a 2,5 en 2019, disminuya aún más, alcanzando 2,2 nacimientos por mujer en 2050”[i]; así reza un informe presentado por la ONU el 17 de junio de 2019. Este simple dato de una escala mundial, pone en manifiesto que la teoría malthusiana[ii] ha sido una constante guía para el establishment internacional, siendo que la realidad indica que la tasa de fertilidad está decayendo a pasos agigantados a nivel global.

La explosión demográfica es una teoría del ecologista Paul Ehrlich, vertida en su obra de 1968. En la misma, y siguiendo la línea de pensamiento de Thomas Malthus, el ecologista afirma que la seguridad alimentaria se hallaba fuertemente amenazada en el mundo y que la alta tasa de natalidad provocaría una hambruna masiva. Esta teoría, a pesar de haber sido refutada cuantiosas veces[iii], parece seguir marcando la agenda mediática y cultural en el mundo. Por citar un ejemplo entre tantos posibles, en España, madre patria de bastos países latinoamericanos, la cifra de nacimientos es la más baja en las últimas décadas, según han señalado fuentes del Instituto Nacional de Estadística (INE) al dar a conocer los datos provisionales del Movimiento Natural de la Población correspondiente a 2018. En el país de la península ibérica, mientras sus habitantes autóctonos mueren más de lo que nacen, la tasa de natalidad inmigrante aumenta al 20 % aproximadamente[iv].

Países de Europa, buscan combatir el invierno demográfico mediante políticas de estímulo económico[v] por una elemental cuestión; se calcula que la población en algunas naciones podría verse reducida un 25 % en tan sólo 3 décadas. Esto implica que no habrá suficiente población activa que produzca los bienes económicos necesarios para hacer frente a diversas erogaciones estatales, tales como el pago de las pensiones y jubilaciones de millones de personas o la asistencia en salubridad.

Ante el fenómeno que muestra a las poblaciones locales decrecer y las corrientes migratorias aumentar, algunos gobiernos alarmados por esta realidad buscan estimular la reactivación de la familia como núcleo de la sociedad. La sustitución de la población local por inmigrantes de culturas foráneas es fuente de conflicto. Basta ver las noticias del día a día para comprender que las sociedades tradicionales no pueden mezclarse forzadamente desde el centralismo gubernamental[vi]. En este sentido, es posible apreciar que la falta de nacimientos repercute, no sólo en la merma de producción interna, sino en el caos de la sociedad.

Volviendo a España, como paradigma del invierno demográfico, las mujeres tienen menos hijos en promedio de generación en generación, a la vez que lo hacen a una edad más avanzada (32,5 años en el promedio actual, lo que a la postre genera que la ancianidad supera a la juventud, mermando la capacidad productiva de la nación. En este punto aparece una fuerte promoción a políticas que intentan mermar la población no activa que insume recursos sin producirlos; de allí es que se visibiliza una fuerte campaña en favor de la Eutanasia[vii], tal como lo realizan aquellos países de corte progresista que no pueden lidiar con las expectativas de vida que se incrementan por el avance de la tecnología.

En Latinoamérica, pareciera que aún no se hace eco de lo que sucede a escala mundial. “Alentar a los niños, adolescentes y jóvenes, en particular las jóvenes, a que continúen sus estudios a fin de que estén preparados para una vida mejor, de aumentar su capacidad humana y de impedir los matrimonios a edad muy temprana y los nacimientos de gran riesgo y reducir la consiguiente mortalidad y morbilidad” es una de las conclusiones vertidas en el “Consenso de Montevideo, sobre población y desarrollo”[viii]; claramente que dicha cumbre apuesta a convertir a los ciudadanos locales en unidades de producción y no de reproducción, lo que finalmente aparejará los resultados ya vistos en el viejo continente.

-II- La mujer, del centro a la periferia.

Ciertamente todo tiene una razón de ser. En el último siglo, en forma estrepitosa, la pastilla anticonceptiva permitió a la mujer controlar su capacidad reproductiva como nunca antes pudo. Dicha revolución sexual[ix] propició a que la mujer deje su rol central en el hogar para transformarla en una unidad de producción más dentro del sistema. Así pues, la mujer en el último medio siglo pude verse libre de elegir entre formar una familia o ser una empleada a tiempo completo dentro de la vida empresarial. Sin entrar a analizar valorativamente dicho suceso histórico, descriptivamente esto se traduce en mujeres produciendo recursos en vez de hijos. Por citar un ejemplo, la inserción sexual de la mujer se tradujo en un mercado valorado en 2.100 millones de dólares en 2017 solamente en China. La mujer que no está ocupada teniendo familia lo estará produciendo medio día y consumiendo la otra mitad del día.

La precarización económica debido a la presión impositiva en aumento en diversos Estados, más el auge de una cultura “millenial” que pondera el viaje y el desarraigo por sobre la formación de una familia, ha traído una transformación profunda en las estructuras sociales. Mientras siglos pasados el hombre trabajaba de sol a sol para mantener a su prole, en la actualidad aparecen los “hombres herbívoros” como en Japón, los cuales rehúyen a toda relación sexual y afectiva con las mujeres[x].

El avance del feminismo, parido por el posmarxismo[xi] y expandido por la sociedad occidental posmoderna, mantiene como clave de la liberación a la mujer sin hijos. Véase cómo el medio internacional “BBC” postula una noticia de especial relevancia al decir: “»Childfree»: la creciente tendencia de personas que solicitan (o incluso pagan para) estar aisladas de los niños”[xii]; Ya sea mediante la vida consagrada a generar riquezas para el sistema bajo la ilusión de ser una mujer empoderada e independiente, o ya sea mediante la lucha hegemónica en pos del aborto libre, lo cierto es que la maternidad como principal poder de la mujer es desarraigado de su ser sin que muchas de ellas reaccionen ante tales consecuencias.

Cuando una feminista habla, la maternidad es vista como signo de opresión; cuando un ecologista opina, la familia es la reproducción del cáncer del planeta; cuando un liberal posmoderno se expresa, la mujer libre es la que rompe con la familia tradicional; cuando un socialista emite un comentario, la familia es el sostén de aquel sistema que se debe quebrar. Todas las ideologías imperantes mantienen relaciones carnales en su núcleo: Mantener a la sociedad lejos de la proliferación del género humano. Muchos creen que la familia tradicional es sinónimo de retraso mientras que la vida eterna como siervo de las multinacionales es sinónimo de libertad e iluminación.

En este punto, la mujer ha sido desplazada a ser una engranaje más dentro del sistema. Mientras que en tiempos pretéritos era el corazón de la familia, y la familia era el núcleo central de la sociedad, en la actualidad nada es más descartable que una mujer sin hijos, ya que existen miles que pueden fungir sus tareas quedando tal individuo en el destierro de la comunidad laboral y familiar.

Es por lo expuesto que, año tras año, aquellas naciones modernas y progresistas presentan una mayor inclusión laboral de la mujer bajo el costo de perder población local. La baja tasa de natalidad responde a la conciencia que se posee respecto al mercado competitivo en el cual es más redituable económicamente para el individuo trabajar a tiempo completo que dedicarse a formar una familia numerosa.

-III- NeoMalthus, el legado de Sanger.

Tiempo atrás se expuso el origen eugenésico de IPPF[xiii]; válido es recordar las propias palabras de Sanger (principal precursora de la empresa abortista más grande del mundo) para justificar la segregación de discapacitados cuando dijo en Control de población y Salud de las mujeres (1917): “En la historia temprana de la raza, la llamada «ley natural» [es decir, la selección natural] reinaba sin interferencias. Bajo su inmisericorde regla de hierro, sólo los más fuertes, los más valientes, podían vivir y convertirse en progenitores de la raza. Los débiles, o morían tempranamente o eran muertos. Hoy, sin embargo, la civilización ha aportado la compasión, la pena, la ternura y otros sentimientos elevados y dignos, que interfieren con la ley de la selección natural. Nos encontramos en una situación en la que nuestras instituciones de beneficencia, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, nuestros hospitales, incluso nuestras infraestructuras básicas, tienden a mantener con vida a los enfermos y a los débiles, a los cuales se les permite que se propaguen y, así, produzcan una raza de degenerados”. Incluso, en “Un Plan para la Paz” (1932), afirmó que se debe: “mantener cerradas las puertas para evitar la entrada de ciertos extranjeros cuya condición se sabe es perjudicial para la raza, como los débiles de mente, idiotas, retrasados, locos, sifilíticos, epilépticos, criminales, prostitutas profesionales y otros de esa clase… Apliquen una rígida política de esterilización y segregación a aquellas partes de la población cuyo progenie ya esté corrompida o cuya herencia sea tal que características perjudiciales puedan ser transmitidas a su descendencia”.

El aborto es una política que se enraíza en el Estado bajo la idea de liberación femenina; sn embargo, escondido en lemas de bondad sólo se busca limpiar a ciertos sectores poblacionales. La ciencia ha demostrado que en efecto es un mito la limitación de los recursos, ya que si bien pueden escasear ciertas materias, la combinación producida por el ingenio humano es casi infinita[xiv]. A pesar de ello, se insiste en la falaz idea de reducir a cualquier costo la población, especialmente la marginada que es aquella que más se reproduce y que eventualmente le puede disputar el control de los recursos las élites del progresismo internacional.

Recuérdese que las clases más acomodadas en países desarrollados buscan mejor calidad de vida mediante la política de “ChildFree”; pero las clases sociales más desplazadas y con menores oportunidades, que sólo cuentan con sus propias manos para labores precarias, sólo podrían alcanzar un mejor posicionamiento económico mediante la reproducción y el trabajo mancomunado de su prole, ya que los costos de oportunidad son distintos. Amén de ello, la cultura familiar de los sectores más populares de la periferia, que al no tener tanto contacto con los intelectuales del progresismo internacional mantienen vivas ciertas ideas tradicionales, ve con buenos ojos la idea de una familia numerosa por sobre el confort material.

Pareciera que es por esto que se tergiversan datos respecto a la pobreza que justifique la intervención violenta del Estado con el aborto en los sectores más pobres. Lejos de buscar enaltecer la economía, se propone aniquilar directamente al pobre. El exceso de población es mostrado como un problema global, sin embargo las soluciones son atendidas localmente. Dicha localía es en rigor de verdad una mera ficción. Paulatinamente se pierde toda noción de localismo, etnia y credo, transformando a cada país en un mercado más o menos homogéneo dentro de la comunidad global. Esto implica que aquellos sectores que no pueden incorporarse en forma dócil a tal fomento internacional (sea porque creen en la familia tradicional, en defender la identidad nacional o porque simplemente son pobres que pueden comprar los productos transnacionales) sean erradicados definitivamente.

Tal erradicación provendrá desde alarmistas ecológicos que justificaran la reducción poblacional desde la ONU, hasta la propaganda del éxito moderno y líquido de una persona con millones de dólares en su banco y un gato en su habitación. Por todo lo expuesta es que resta al lector comprender las señales uniformes y concordantes que mandan tanto el Estado como las empresas privadas, personajes de fama internacional, el espectro feminista y ecologista y hasta los propios educadores de la sociedad, para que finalmente pueda vislumbrar que prácticamente no existen rebeldes antisistema en el mundo (salvo pues, aquellos que osados que hacen algo tan extraordinario como formar una ordinaria familia a la cual cuidar y fortalecer en valores).

Bibliografía

[i] “La población mundial sigue en aumento, aunque sea cada vez más vieja”; Fuente: ONU; visto en: https://news.un.org/es/story/2019/06/1457891

[ii] Antinatalismo, la bandera oculta del ecologismo – Por Horacio Giusto Vaudagna; visto en: https://fundacionlibre.org.ar/2018/03/02/antinatalismo-la-bandera-oculta-del-ecologismo-por-horacio-giusto-vaudagna/

[iii] La apuesta – En octubre de 1990 el economista norteamericano Julian Simon, recibió una carta de Paul Ehrlich, uno de los más famosos pensadores del movimiento medioambiental gracias a su libro The population bomb, que se transformó en una de las referencias obligadas para discutir los límites del crecimiento. En la carta Ehrlich, incluyó un cheque por 576,07 dólares. Era el precio por haber perdido una de las más famosas apuestas en el terreno de la ciencia y de la economía que comenzó en 1980.; Ver en: https://www.investigacionyciencia.es/blogs/ciencia-y-sociedad/90/posts/la-apuesta-15413

[iv] El número de nacimientos desciende un 40 % en España en la última década; Visto en: https://cadenaser.com/ser/2019/06/19/sociedad/1560937569_463730.html

[v] El gobierno de Hungría paga 30 mil euros para que las parejas tengan hijos; visto en: https://www.visionliberal.com.ar/nota/6445-el-gobierno-de-hungria-paga-30-mil-euros-para-que-las-parejas-tengan-hijos/

Finlandia paga 10 mil euros por tener bebés en su territorio; visto en: https://culturacolectiva.com/viajes/gobierno-de-finlandia-paga-a-parejas-por-tener-bebes-en-su-territorio

[vi]  La crisis en Europa provocada por el flujo de refugiados puede degenerar en un «conflicto entre las civilizaciones» cristiana y musulmana si los líderes europeos no renuncian a su actual política liberal, revela el comunicado de un foro celebrado en Serbia.; visto en: https://mundo.sputniknews.com/europa/201604141058710780-europa-amenaza-conflicto-civilizaciones-refugiados/

[vii] Aunque la eutanasia es una práctica común en todo el mundo, solo Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Colombia y Canadá cuentan con leyes que la regulan a nivel estatal. El estado de Victoria, en Australia, pondrá en marcha la suya a mediados de 2019. Además, en muchos países desarrollados existen iniciativas para impulsar su despenalización; visto en: https://derechoamorir.org/eutanasia-mundo/

[ix] Scala, J. “Recrear la cultura de la vida” (2006); Córdoba, Arg.: Ed. Encuentro.

[x] “Los hombres herbívoros de Japón: ni quieren ni buscan pareja”; visto en: https://as.com/deporteyvida/2018/04/23/portada/1524477635_531340.html

[xi] Nicolás Márquez – Agustín Laje (2016), El libro negro de la nueva izquierda, Buenos Aires, Argentina: Grupo Unión.

[xiii] IPPF: una filosofía eugenésica, determinista y malthusiana – Por Horacio Giusto; visto en: https://fundacionlibre.org.ar/2019/12/17/ippf-una-filosofia-eugenesica-determinista-y-malthusiana-por-horacio-giusto/

[xiv] Miguel Ángel Sánchez, Doctor en Ciencias Biológicas y Director Ejecutivo de ChileBio: “¿Por qué no hay que temer a los alimentos transgénicos?”; visto en: https://www.biobiochile.cl/noticias/opinion/tu-voz/2019/07/29/por-que-no-hay-que-temer-a-los-alimentos-transgenicos.shtml

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