De echarle mierda a Mariano (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

La libertad pura y simple
a los cagones del FALPO,
constituye un noble salto 
sobre las rutas del cimbre.
Sobre la cesta de mimbre
que llenaron de cacá,
a los machos se impondrá
multa y visitas periódicas
y un curso sobre retórica 
con Cavada y el Pachá.

Han de quedar advertidos
estos revolucionarios,
de no entrar a un sanitario 
con la foto del Ungido,
porque el que sea sorprendido
ignorando esta advertencia,
desde la misma gerencia 
que obstenta el procurador,
vendrá una sanción mayor
consona con su indecencia.

Se cose, si es necesario,
col lezna de zapatero,
el fulillo del rastrero
que se haga compromisario
con todos estos sicarios
del FALPO y de Marcha Verde.
Queremos que se recuerde 
que en los tiempos de Chapita,
quien daba una cagaíta
frente a alguna casa ajena,
se le imponía un pena
para que no lo repita.

Aunque el Ministerio Público
exigía la pena máxima,
ni en la corte de la Guásima
se condenó algo tán púdico.
Arrancarse el vello pubico,
a falta de vestimenta,
podría compensar la afrenta
de echarle mierda a Mariano,
a Yomaira, a su hermano,
o a toda la presidencia.

Juan de los Palotes
11 enero 2019

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