Desde el día de la metáfora del maletín de facturas (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

El acuerdo refrendado
entre Danilo y Leonel 
se acaba de deshacer
como yo había estipulado.
Los términos acordados
sobre alternabilidad,
no lograron la unidad 
que requería la ocasión
y hoy destripan al León
y a sus sueños de lealtad.

¿Darle un año electoral
a Demóstenes Martínez?
Danilo y sus Saiyajines
no lo iban a refrendar.
Tan solo considerar
que esto podría ser posible,
es un acto inconcebible 
para alguien como Leonel,
que supone conocer
que el mudo es incorregible.

Desde el día de la metáfora
del maletín de facturas,
este ungido cara dura
viene utilizando diáforas,
puyas, chismes y catáforas
de manera recurrente,
para que el ex presidente
y “Dios vivo de los vientos”,
no pueda en ningún momento
salir de esto sanamente.

El ungido volvió a hacer
lo que nunca se había hecho,
dejando al león maltrecho
sin su cuota de poder.
Lo que debió hacer Leonel
para salvar su pellejo,
fue llevarse del consejo
que le dió Alfredo Pacheco,
armarle al mudo un muñeco
con su quorum disparejo.

Pero Leonel, el otrora 
analista indiscutible,
no creyó que sea posible
que la angurria destructora,
podría usar la aplanadora 
de manera inconcebible.
Y creyendo inadmisible 
la propuesta de Pacheco,
se cuadró como Canceco 
en la caja de bateo,
creyendo que el fariseo 
no lo dejaría tuñeco.

Juan de los Palotes
18 agosto 2019

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