Dónde no dejó una mata, para que el pueblo suspire (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

Hoy R.D. se levanta 
como otras veces lo ha hecho,
a recoger los deshechos
de esta tormenta que espanta.
La necesidad es tanta
como otras veces ocurre,
que mientras tiempo discurre
y Fiona se va alejando,
nos vamos atrincherando
sin que esta nos apachurre.

La Altagracia, La Romana,
El Seybo y Hato Mayor,
fue donde pasó peor,
ayer a media mañana.
Abatió de buena gana
Samaná y Sánchez Ramírez,
y antes de que se retire,
casi inunda Monte Plata,
dónde no dejó una mata 
para que el pueblo suspire.

La mala noticia es
los efectos secundarios,
que exprimirán el erario,
generando una estrechez.
La bueno noticia es
que estamos comprometidos,
y que después de abatidos
por la tempestad de Fiona,
volvemos a la cañona 
a recoger los heridos.

Todos, muy comprometidos,
con excepción de Leonel,
que fue a New York a beber
lo que aquí se había cogido,
hacemos lo que es debido
para que nuestra nación, 
a través del plan de acción 
de un pueblo bueno y pujante,
pueda salir adelante 
con su recuperación.

Juan de los Palotes 
20 septiembre 2022

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