La cultura como representación de la mentira (II)

Por Tomás Modesto Galán

«Seamos las pesadillas de los que pretenden arrebatarnos los sueños».  Che Guevara

A la mayoría de nosotros o nos cortaron la cabeza con el hacha que cruza el mar en busca de fondos para mantener la mentira o hemos perdido el juicio. Continuo con el tema del turismo cultural que tanto me gusta. El 28 es una casa de cita demasiado hermosa para imaginar que la locura es un castigo celebratorio. Hace falta una tormenta que nos redima dela farsa del himno nacional que a la luz de la degradación actual, debería reescribirse una y otra vez, hasta encontrar las palabras que narren y describan la verdadera historia de los oprimidos de hoy que no son aquellos quisqueyanos que una vez murieron en guerras que hoy llevarlas a cabo nos llenan de vergüenza. La cobardía se ha posesionado de nuestros estómagos. Es una fantasía del siglo XIX que hoy da pereza escuchar y la llamada bandera, solo existe como algo risible, al servicio del poder. Ambos son instrumentos del ritual de la opresión o de una pedagogía insostenible. La fantasía de una patria que dejó de existir para orgullo de la oligarquía europea o norteamericana. Hay un bochorno medieval en la opresión. Ambos son la metáfora de lo que una vez fue el sueño de los fundadores de las primeras independencias.

Donde no hay orgullo verdadero, no hay identidad. Si supiéramos quiénes somos, a nadie se le ocurriría creer que al irnos del país, no nos creció otra conciencia y se interiorizo, adquiriendo el brillo de lo autentico.  Por fortuna, hoy inspiramos más respeto.

Para comprender nuestra perdición prefiero creer que al estar tan ocupados del urgente vivir, desinformados o alienados por la cultura de la resignación, no podemos reaccionar con lucidez pero si con el prestigio de la rapidez de hoy,  frente a la tentación de aceptar el reto del deshonor o el placer de la degradación o el turismo de alturas inauditas, gratuito para quienes consideran que son nuestros amos. Aclaro: No digo que muchos o algunos de nuestros homenajeados no se han ganado desde la etapa fetal la Orden de Duarte Sánchez y Mella. Además estoy consciente de que a lo largo de muchas décadas, hemos sido ignorados por todos los ministerios y por quienes ostentan un obelisco falocrático para descubrir a tiempo las naves de los intrusos, de los que miran de frente, de los negros orgullosos de la vanidad del tinte.

Los discursos de nuestros guías no demuestran que han leído nuestros libros. No fueron escritos en Europa o en las islas blancas del mundo caprichoso y absurdo. No pueden exhibir la delicadeza del profesor Juan Bosch, quien sin preguntarte si eras miembro del Partido, te saludaba como un hombre común y te llamaba por tu nombre y se interesaba por tus escritos. No se creía el genio de la cuentistica de todas las épocas ni de la novela hoy. Puedo dar fe de esos detalles sin ningún pudor de idolatría. Ni siquiera encontramos esa sensación de humanidad en los dirigentes culturales actuales. Se vuelven celestiales y solo tienen trato con los dioses que disponen a su antojo de los recursos de los miserables. Son simples burócratas.

La cultura en el exterior ya no goza del desprestigio del origen rural o barrial del que se fue a esclavizarse en una factoría para alimentar a los desheredados de un estado deficitario en materia de servicios y en un tipo de progreso que multiplica la miseria de la nación en todos los aspectos, hasta en la incapacidad para eliminar el analfabetismo, no digamos en privilegiar las principales ciudades creando lectores, seres productivos que se ofendan si le ofrecen un puesto en ésas Nominillas o en los diarios repartos del clientelismo cultural.

Es imposible que podamos desarrollar un contingente de  personas conversadoras, amantes de las artes, hoy tristemente,  ávidos consumidores del arte de beber a cualquier hora del día o de la noche o del arte de jugarse miseria, sin que se legisle en por qué , bajo cualquier circunstancia, proyectamos  la felicidad del cangrejo que es incapaz de descubrir que detrás de las almendras esta el reino de una absurda esperanza: el columpio de la degradación.

El columpio cultural anual caducó. Vamos a compartir el lujo de cerrar los ojos y ponerle la cola al Platero nuestro, La Mañosa del profesor de la idolatría política infinita o a la Tebaida Lirica del Dr. Balaguer. Hace un tiempo que Bosch reemplazó a Juan Pablo Duarte y a todos los fundadores de esta genial incertidumbre O un exceso de comprensión me permite ser indulgente: No nos tomamos en serio lo que pasó en nuestro país desde el año anterior. Estamos celebrando el triunfo de un genocidio cultural equivalente a una segunda  Hiroshima.

Seria sano para la sociedad dominicana que un ejército de psicólogos de otro planeta  menos sedentario le practicara una regresión colectiva, no al pueblo llano,  a la cultura exiliada y  al país disperso pero que parta del trujillismo inmediato, de nuevo tipo, que salte sobre pequeñas patinetas planas para entender el proceso de degradación de las alianzas fascistas que generaron infinitas ilegalidades como el triunfo del reformismo en tiempos de gloria. Una gran parte del mundo se rebela contra el racismo, el imperio de género y la negación de todo tipo de derechos humanos,  excepto el de terminar en la indigencia o en un cementerio sagrado donde estamos a merced de los depredadores de los últimos días, como si morir o huir, si es posible, fuera el único derecho respetado de nuestra democracia.

El neoliberalismo disfuncional nacional, convierte en héroes a las satrapías que juegan a combatir a los trujillistas  del progreso sin límites de donde surge una imaginación política rastrera. Para refrescar la memoria del turismo cultural de doble vía, ahí esta la compra del congreso para justificar la reelección de todas las ilegalidades y la ficción de la ficción de la miseria triunfal. No comprendo cómo es que olvidamos tan rápido, los datos que se publicaron este año. Sospecho que leemos la historia contemporánea como un cuento de hada donde hay que besar al Ogro Filantrópico.

La economía Dominicana es un juego de monopolio para el gobierno centralizado y medieval que tenemos donde un rey decide por todos.  Después del hoyo fiscal del 2012, de alrededor de 160 mil millones de pesos, nuestro pueblo paga por la orca del embrutecimiento y la indigencia que tira por el suelo la humanización de la vida. Nuestra inteligencia metió la cabeza en el lodo y esperó el efecto alienante del olvido trabajado por la prensa, la escuela, las universidades y los agentes de cultura, un gran sector de la intelectualidad resignado a su principal alimento: el silencio.

Un sicariato cultural le mete la cabeza al pueblo en una cloaca. Y continuaron las ferias, las lecturas, la algarabía de los cumpleaños y la enfermedad de un proselitismos local que es un cambio hacia la acera de otra simulación. La politiquería criolla local de NY se posesiona de la congresional, triturando el sueno de los que descansan. Seguimos montados sobre el asco de un país reducido a la ficción de los intereses personales.

Hoy, un mes después de la toma de desposesión nacional, triunfó el fracaso de un pueblo que no es que sea cobarde como dice el ensayo de IlonkaNacidith Perdomo. Es que a este pueblo le taparon los oídos: No oye ladrar los perros aunque aun no haya leído Solo Cenizas hallarás de todo lo que fue mi amor. No tiene la moral para hacerle justicia al engaño porque laPerversidad de los intelectuales y el eje del mal de la tiranía, los convierte en despojos de una sociedad de zombis. No es una cobardía caprichosa.

Hay otros hoyitos fiscales y un manejo salvaje de las matemáticas de la opresión. El país o la ciudad del asfalto proselitista gastó hace 4 años 77.1  millones diarios en asfalto en un país sin aceras ni parques, insalubre. En prevención y control de enfermedades gastó $ 187,000. Hoy somos parte de una lista de pueblos tan enfermos, que estamos en vía de desaparición. Enférmate más allá del bolsillo y lo verás.  Hace falta una guerrilla para liberar a los enfermos. ¿Qué se deduce? ¿Importa la salud? Creo que hay un progreso al revés y un discurso para leerse desde el fondo de un abismo y soy tan bruto que no veo la matanza dulce.

La distribución del presupuesto nacional es obra de un mago intocable, menos capaz que el Presidente ciego de la página en blanco, quien regresaba al poder por una orden divina y distribuía las partidas presupuestales de memoria, con los ojos cerrados y sin fallar en aquellos números salvajes que disfrutaban de la inocencia de una oscuridad más romántica que la actual. Solo las estrellas nos tentaban con su brillo. No sentíamos la urgencia de robar su fantasía sensual.

Yo me pregunto cómo  es que en el exterior, muchos de nuestros amigos y hermanos, no sacan la cabeza del lodo en medio de esas lecturas inútiles y de esos corredores de alpargatas y en lugar de huir hacia los brazos de la bestia de este sicariato cultural, no analizan la razón de la cobardía moral de nuestro pueblo. Esa fantasía es un gran despilfarro.

Hace a penas 3 meses que se publicaron los números que fueron la panacea de las Vacas Sagradas. El gobierno gasto más de 13 millones diarios en publicidad y campaña electoral. La presidencia gastó más de 3 millones diarios; en prevención de salud y educación, menos de 5 millones.  Yo me pregunto si no hay aquí, aparte del despilfarro de las Nominillas, un barbaridad que fomenta una historia de la estupidez que borra el interés en estudiar el origen del mal actual de la inmersión en nuevos subdesarrollos.

¿Como podemos regresar a celebrar esta derrota moral con la cabeza dentro del asfalto de laPlaza de la Cultura y ahogarnos en el Malecón de la desesperación del abandono? Para todo esto hay algo interesante: nuestros enemigos no siempre tendrán el privilegio de escribir la historia de la cultura desde allá. Nosotros ya comenzamos a de construir el mirador de la agonía.

No hay que ser un experto en economía doméstica ni haber ido a esas universidades cuyos nombres nos deslumbran más  que un poema de Federico García Lorca. Lo elemental está en nuestras manos, solo recurriendo a Google descubrimos los antecedentes del orgasmo nupcial de estos Drácula románticos.

La élite que dispone de la mermelada bibliográfica del Archivo General de la Nación y aclaro, acercarse con mucha precaución. Hay que cuidarse de no llegar mal vestidos y en alpargatas o chancletas rotas. Pueden seguirle el rastro a la poeta investigadora, Ilonka Nacidith Perdomo, menos famosa que la Senadora que no puede comprar una botella de agua potable porque el dinero que gana como Senadora, no le da y se queja de lo duro que es regresar a Da jabón 3 veces por semana. Creo que deberíamos, los poetas y los serviciales personajes del Columpio infinito, de ambos lados, hacer un Maratón a las 12 del día  sobre la lápida del pueblo o donarle sus viáticos y los pagos honoríficos de aquellos que no aparecen en las Nominillas de esta singular compraventa democrática.

Hago una mala interpretación del ensayo de Ilonka. Todo el que se va, descubre espejuelos con otra lucidez  y ve lo que no podía ver cuando era una víctima de la misma Victoria abrumadora del Concordato oligárquico. Ella se interna en la historia del síndrome del mesianismo y el caudillismo de la inocencia balaguerista, trujillista y sus primeros antecedentes, que pare bestias mitológicas convertidas por una orden divina en tiranos populares. El pueblo indigente se vende por cualquier fruta prohibida y llora por los millones que le faltan a Alex Rodríguez. Yo estuve entre los caídos por la idolatría de la banalidad. Las chapeadoras del 911 no llegaron uniformadas. Lema actual: Me vendo hasta por una carambola sexual. Hasta por limpiar vidrios en un cementerio terrestre o establecerme en la profesión más lucrativa de la Posmodernidad: transportar el cadáver de un pueblo manso en chatarras o en un Motoconcho con turbinas contra todo tipo de asalto.

Ilonka habla de la ausencia del Árbol Genealógico del Mal y de la falta de un glosario Ontológico de La Perversidad Intelectual, premiada por cualquier bandereo crepuscular. Sería bueno que alguien se inventara un espejo mágico que le haga una radiografía de la desnudez a los nominados en cada reelección para sentarse en el Columpio de la Perversión frugal.

No hay que apoyarse en el enciclopedismo de Funglode que es un tema crucial para reclutar, confundir y crear un glamour que legítima nuevas opresiones y premios sospechosos de existir. Promovemos una tragedia nacional llenos de risa, la caricatura de un Prócer delincuencial de un manicomio internacional. Esta cuesta arriba aunque sea verdad, si volvemos al mes de mayo pasado o intentamos hacer una revisión de lo que pasó durante el largo, penoso y frustrante periodo electoral que trajo de vuelta una democracia falsa, mucho más que la republicana de los Estados Unidos que pelea su lugar con Donald Trump en el teatro del despojo mundial y nacional.

Nunca nos enteramos de que el gobierno actual sumergió el país en una crisis económica inimaginable. Miren por qué  considero que asistir  a la Feria del libro aunque hayamos sido invitados con todos los honores y los ruegos de lugar, es un tema controversial. Creo que si van a desmentir esa falsa democracia lo justificaría con mis dudas. Requiere un examen de conciencia aunque estemos identificados o no con el estado, con el partido o con el simple amor a nuestros amigos de la Plaza de la Cultura y el Ministerio de Cultura del malecón o participar porque es legítimo ser reconocido hasta por los enemigos de la cultura universal aunque ellos ni estén conscientes de que están forzados a servirle al verdugo de su propia nación. Los comprendo pero no los entiendo.

Existe el suicidio, el exilio, la miseria, en suma la dignidad y el decoro del que hablaba ayer, uno de nuestros maestros, el poeta, José Martí. Hay quien asume la crisis del decoro. No es preciso citar la dignidad de Rosa Park, el Yo tengo un sueño, de Martin  Luther King, o el jugador de fútbol americano millonario que se llena los oídos de aserrín para no honrar el himno que masifica la soledad del color y la segregación de los oprimidos del arcoíris migratorio y la brutalidad policial.

Hay opciones. Son duras y terribles. Lo fácil es vender tu propio pueblo. Es o era para muchos afortunados un escenario triste. Lamento ser un agua fiesta. Me gusta pinchar las vejigas para provocar una dosis de realidad en mi mismo. Esta memoria es intima. Mi perversión alimento mi vanidad. Muchos dirán que porque me sacaron de la lista roja, sin embargo yo estoy feliz de que la venganza por mi actitud crítica haya devenido en el juego ridículo habitual de desaparecernos sin el menor pudor.

Mi imaginación se expande y mi dignidad se fortalece. Mi poesía y mi prosa se hacen más impopulares. Pero mientras mi país me cierra sus puertas, la poesía del mundo nos las abre de par en par, sin esperar que yo sea del partido acrítico e intolerante que toca el todo como si el país fuera una propiedad partidaria. Si me quieren quemar, suspirar por mi desaparición, es un honor. Eso no me importa tanto. Los mercenarios se inventan héroes de ceniza y no dan la cara. No dialogan. Imponen. Tiene que ser bochornoso saber que el silencio es más conveniente para un estado que no cree en la democracia y prefiere aislarse del desarrollo verdadero.

Díganme si a la luz de las cifras en cuestión y las que otro día sacudiremos al aire libre, alguien no va pensar seriamente en si voy a ir, a que voy o si debo ir por el simple hecho de que me invitaron. Y si aceptando como legítimo el derecho a estar donde nos de la gana. Esta bien. El tema es que el pueblo paga por la farsa legitimadora de un orden ficticio. ¿ Cual seria la dignidad de mi representación? ¿Servirle al estado? ¿Recibir un homenaje falso como me paso a mi con un diploma que entrego a los escritores homenajeados del Safari del 2005? No puedo ni enmarcar ni exhibir con orgullo un adefesio donde me entregan las llaves de una ciudad que ha estado cerrada para todo tipo de esfuerzo humanizante. El sindico nunca supo quienes éramos el relleno de la mafia de aposento. ¿Entonces, vamos a escondernos en una carnicería respetable o en una playa clausurada por el desencanto? ¿Andar por las calles de una micro ciudadela contaminada de la mano de los nuevos fascistas de la cultura del matarilerileron? Pienso  que si no resolvemos esto, atribuirnos el término inteligencia, no tiene ningún sentido y menos creer que tenéis autoridad para representar, ni siquiera a nuestros abuelos. Y otra cosa, adorables amigos: su representación no tiene que ver con una decisión verdaderamente fiel a la República Dominicana del Caribe o a los fragmentos expulsados aunque haya sido voluntariamente. En lo más íntimo de mi corazón les deseo suerte, si sus acciones desmienten estas palabras pero atrévanse a asustarse de si mismo y lancen dardos en sus habitaciones contra el verdadero enemigo, a lo mejor dan en el negro.

El autor es escritor, dominicano, residente en Nueva York desde 1986. Fue profesor en la UASD antes del 86. Enseña en York College (recinto de Cuny, desde mediados de los 90). Gano el premio de poesía Letras de Ultramar 2014 por su obra poetica: Amor en bicicleta y otros poemas. También obtuvo el premio Poeta del año 2016, otorgado por el América ‘s Poetry Festival de Nueva York. Es el autor de la novela Los Cuentos de Mount Hope, publicada en el 1995

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