Las tasas de interés

Por Félix Santana García

Mucho se ha teorizado sobre el tema de las tasas de interés, una de las herramientas de política monetaria de la banca central y una de las variables económicas que más ha despertado interés entre economistas y financistas clásicos y neoclásicos, los cuales han presentado posiciones encontradas respecto a tan importante tema.

Mientras unos economistas clásicos como Irvin Fisher, sostienen que las tasas de interés surgen como consecuencia de que el nivel de precio del dinero esta positivamente correlacionada con las expectativas inflacionarias, y que para inducir a un agente económico a ahorrar es necesario premiarlo, es decir, pagarle una tasa de interés, la que debe guardar intima relación con el sacrificio de quien ahorra e invierte, el cual pospone o se priva de consumir en el presente para hacerlo en el futuro.

Mientras autores neoclásicos de fines del siglo XIX, como Marshall, Wicksell y Mill, entre otros, enarbolaron el concepto de que la tasa de interés es el precio pagado por el uso del capital, y que la tasa de interés tiende a un nivel de equilibrio entre la demanda del capital y la productividad marginal de dicho capital hasta el surgimiento del ahorro.

Jhon Máynez Keynes, en contraposición a las posiciones anteriores expreso que la tasa de interés constituye un canal o medio por el cual los cambios monetarios causan cambios en la demanda agregada y en el ingreso, ya que una expansión monetaria induce a la baja de la tasa de interés, lo que a su vez estimula la demanda y la producción.

Por lo cual la tasa de interés es un premio por renunciar a atesorar dinero, en otras palabras, la tasa de interés no es recompensa al ahorro, sino el precio que equilibra el deseo de conservar la riqueza en efectivo, por lo que la cantidad de dinero combinada con la preferencia por la liquidez determina la tasa de interés.

Conforme lo expresado por Keynes, a lo fines de que los agentes económicos y personas comunes se estimulen a ahorrar o dediquen los excedentes de sus ingresos al ahorro, se debe premiar a estos que se privan de consumir por el momento, mediante una tasa de interés atractiva, esperada por quienes ahorran, ya que de lo contrario no tendría ningún sentido la propensión marginal al ahorro y, el dinero perdería todo su valor a través del tiempo.

En ese sentido, la tasa de interés no es más que la compensación de la depreciación o devaluación del dinero, a medida que pasa el tiempo. De manera que si se quiere motivar a los agentes económicos y personas en general, para que sigan ahorrando y así fomentar la inversión interna, es necesario que las autoridades monetarias, propicien el ambiente adecuado que faciliten este propósito.

En finanzas y economía, es aconsejable la precaución, pero no al extremo de que obstaculice los objetivos, las metas y la visión de futuro y por ende sirvan de retranca a la misión o razón de ser, de las empresas o el desarrollo de la nación.

De ahí que el pago de una tasa de interés pasiva muy por debajo de la tasa o índice de inflación vigente, no estimula en nada el ahorro y por ende la inversión.

A finales del año 2010, las autoridades monetarias decidieron dejar la tasa de política monetaria, tasa pasiva o interbancaria, mejor conocida como overnight en 5% y, la lombarda o activa en 9.5%, con el propósito de mantener una política monetaria laxa o expansiva que estimule la inversión y la producción, pero los efectos que se perciben de poco estimulo al ahorro, pues el ahorrante o inversionista no siente que la tasa pasiva sea la justa o adecuada en relación al nivel de inflación real que el dominicano actualmente enfrenta.

Se dirá que hay una sobre liquidez en las bóvedas bancarias y que por lo tanto hay una sobre oferta de dinero, pero el costo del capital es muy alto si se toma en cuenta que a parte de las variables que influyen directamente en el costo del dinero, no menos cierto que la banca hoy en día cobra cargos financieros que hacen que este costo sea mayor y que la tasa de interés que reciben los ahorrantes y depositantes sea menor.

Como el nuevo año 2011, mediante el decreto No. 728-10 emitido por las autoridades gubernamentales de República Dominicana, declara el nuevo año de la transparencia y fortalecimiento institucional, sería oportuno este lapso, para que las operaciones bancarias alcancen tales propósitos, a favor de los clientes, el ahorro, inversión y el desarrollo, mediante la aplicación de medidas de política monetaria que así la propicien.

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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