Planes fallidos

Por Luis Encarnación Pimentel

Sin abrirse nunca a la idea extrema del «yo o que entre el mar», el presidente Danilo Medina, no debió dar pie a que sus planes de controlar el PLD y el poder más allá del 2020 provocaran la división definitiva del Partido y el que el doctor Leonel Fernández, se fuera del mismo.

Advertimos más de una vez –al defender que sin unidad y sin un gran acuerdo político de ambas figuras no habría garantía de triunfo–, que con el plan inicial de modificar la Constitución para «habilitarse» y luego intentar cerrarle el paso a Fernández, imponiendo un candidato, había el gran riesgo de «cometer un pecado sin provecho».

Y como pintan y apuntan las cosas al día de hoy, el pronóstico sigue vigente, a partir de la realidad de un Leonel, ya candidato por unos seis partidos; un Abinader, que le beneficia una fractura morada hija de la irracionalidad y, finalmente, de un Gonzalo, que sin llegar a prender como candidato, le sorprende el fuego de un documentado «informe”» que pone en aprietos al proyecto del oficialismo y al gobierno mismo, por las demandas de investigación provenientes de la oposición y por todo el revuelo que ha levantado.

Si fue un error empujar a que Leonel, se fuera del PLD (si él no se iba, lo iban a sacar, cuando no tuviera capacidad de respuesta), uno mayor aun fue el que la dirección del partido que dejó intentara por todos los medios bloquear la inscripción de su candidatura, aun a sabiendas que un derecho constitucional le amparaba.

Aunque en política y cuando se lucha por el poder mucha gente no tiene hiel, hay casos en los que algunas viejas amistades o largas convivencias obligan.

Por lo pronto, ante la división del PLD en dos grandes pedazos, lo sensato hubiera sido que cada parte se ocupara de lo suyo, del espacio que controla, sin necesidad de dar codazos o intentar cerrarle el paso al otro.

Si alguien entendió que la unidad ya no importaba y que Danilo y Leonel, no se necesitaban para mantener el poder, entonces ya Fernández, no hacía nada en el PLD. Bosch, el fundador, se hubiera ido antes, y por menos, como una vez lo hizo del PRD y por breve tiempo del propio PLD.

Allí tampoco hace nada la Vice (nunca será factor de confianza del danilismo, que solo la usa; no tendrá oportunidad de crecer, y su dualidad poco entendida le hará daño a su bien ganada imagen).

Lo mismo va para Abel, para Varguitas, Félix y los demás. La nominación ganada es lo de menos cuando la dignidad y otros valores están por el medio. El caso no aguanta hipocresías, de ningún lado (¿) ¡Queda más!

encar-medios@hotmail.com

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