Por Juan Tomás Valenzuela Después de agotar los plazos, se le tirán a Surún, quien no cree en ningún-ningún, con lo de llevarse el mazo. Desde que este barbarazo llegó a la cedé del CARD, no se ha dejado auditar por la Cámara de Cuentas, y desde que le hablan, se avienta igual que un penco animal. Miguel Alberto Surún y un puñado de maleantes, se han mantenido distantes al escrutinio común. Con esta, ya…
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