Por Juan Tomás Valenzuela “El triunfo avasallador del cundango Abel Martínez”. De esta forma lo define esta mierda de escritor. Carente de pundonor, y ¿porqué no? de talento, Espinal nos trae el cuento del triunfo de este cundango, ante el claro desguañango de quien no tuvo argumento. Abel, le ganó por mucho al calvito de Santiago y a la cachifa prepago que se creía que era un chucho. Está engrasando el serrucho junto al cundango…
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