Por Juan Tomás Valenzuela Llegó el ungido de China, llegó timbí de dinero, llegó en un avión carguero hasta el tope de bocinas, El benefactor Medina, que fue a oriente a hacer negocios, llevó una recua de socios pagados con mi dinero, y a un grupo de reporteros que solo fueron de ocio. Un periódico local llegó a hablar de “expectativas” y eso me trajo diatribas con un hermano carnal. Queriéndose congraciar con el que…
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