Por Juan Tomás Valenzuela El proverbial parecido entre David y su enllave, muy bien podría ser la clave que usó el cuñáo del ungido, para dar por resolvido el problema de la trama, que puso a David, en cama después de que unos sicarios, balearan al millonario mientras se bebía una Brahma. Y es que dos gotas de agua no serían más similares que este par de comensales oriundos de Damajagua. En la Duarte no…
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