Verguenza ajena

Por Ricardo Bustos

Este tiempo, en donde la violencia se hace dueña de la paz con actos terroristas en diferentes lugares del planeta, la muerte de dos policías españoles que custodiaban la embajada hispana en Kabul, Afganistán a manos de los talibanes, nos hace reflexionar sobre el camino que se ha recorrido para llegar a esta instancia de luchas por un poder que no alcanza para que todos lo impongan al mismo tiempo.

Isidro Gabino San Martín y Jorge García Tudela, son ahora mártires por cumplir con su patria lejos del país. Esta sería una triste noticia mas en el contexto que se dan los cientos de casos similares, por los diferentes focos de tensión que se encienden cada día con mas crueldad y terror para los inocentes que solo aspiran a vivir en paz.

Es muy difícil no sentir vergüenza ajena cuando vemos las imágenes de hoy, generadas por la televisión estatal, no oficialista, pluralista y democrática que forma parte del «monopolio» que integran la Radio Nacional (pública) y Televisión Española TVE (pública) , mostrando con lujo de detalles los funerales que organizó el gobierno Español en la sede de la Policía donde prestaban servicio los policías asesinados que habían sido asignados para cumplir la misión en Afganistán.

Con emoción y asombro, pude ver en la pantalla del televisor a los reyes, el presidente de gobierno, los ministros de gabinete, jefes de partidos opositores, presidentes de comunidades autónomas, alcaldes, militares de todas las fuerzas, representantes de organizaciones intermedias y gente como nosotros, aquellos que sintieron el dolor ajeno en su propia alma.

No puedo imaginar siquiera a un intendente del conurbano bonaerense presenciando una ceremonia similar cuando están velando a un humilde policía al que cualquier mocoso delincuente lo mata a sangre fría por llevar el uniforme.

Lamentablemente la actitud de política en argentina, ante el dolor de nuestros hermanos y sus familias, dista mucho de acercarse a la realidad de lo mencionado y más aún hoy, teniendo en cuenta la tremenda pérdida de vidas humanas que ha provocado el accidente (?) del ómnibus que trasladaba a los jóvenes gendarmes para controlar la situación social comprometida por el accionar de una militante sumamente peligrosa por sus continuos atentados contra la democracia que supimos ganar como es la piquetera Milagros Salas, quien reniega de nosotros y hasta del origen de su raza.

Como ciudadano argentino, estoy muy triste porque solamente hemos podido ver por algún canal de televisión, la figura de nuestra señora vicepresidente Gabriela Michetti (que no es poco) abrazando y tratando de consolar a los deudos reunidos en el Escuadrón de gendarmería de Santiago del Estero. ¿alcanza con un día de duelo? no, seguramente no todo pasa por el moño negro y la bandera a media asta, pero al menos deberían los gobernantes, especialmente aquellos que tienen mas protagonismo frente a la sociedad, predicar un poco con el ejemplo y poner aquello que deben tener a la hora de fabricar credibilidad.

No les pido que lloren, no les pido que finjan un dolor que quizá no sientan, pero deberían mostrarle a los ciudadanos al menos en circunstancias como estas, que cumplen con aquellos que están en inferioridad de condición a la hora de asumir la pérdida de seres queridos, y mostrar que también el poder guarda un rincón pequeño para las debilidades del ser humano, aquellas que hasta les puede permitir soltar una lágrima.

Casi tres horas de ceremonia transmitió en directo el canal público, con solemnidad, respeto, silencio y mucha tristeza en los rostros de todos los presentes, algo que para cualquier mortal suena a lógica, pero esa misma escena por estas latitudes sería considerada como un acto fascista por algunos sectores de nuestra sociedad política, la misma que llegado el caso, no tuvo ningún reparo a la hora de exiliarse elegir a España cuando aquí las cosas se les pusieron pesadas, porque otros que en la práctica eran fascistas, les mostraron su particular forma de poner orden.

No debe llamarnos a engaño cuando escuchamos voces que comparan a muchos gobiernos «democráticos» como copias de una dictadura, con la diferencia que los regímenes dictatoriales de los militares lo imponen por la fuerza y los que se hacen llamar demócratas porque utilizaron el voto del pueblo a veces se parecen mucho entre sí, y para muestra cercana, miremos un poco a Venezuela donde ayer nomás su presidente Nicolás Maduro nos demostró que de inteligencia tiene muy poco porque desenmascaró a su propio gobierno al ordenar a las fuerzas armadas volver a ocupar sus lugares de tareas en los regimientos, abandonando de esa forma la actividad en la administración pública. Por lo visto, los dueños de la revolución bolivariana no son muy democráticos que digamos.

Las comparaciones son odiosas, pero resulta que estos dos casos en donde han perdido la vida por diferentes circunstancias, defensores de nuestra seguridad, los gobiernos actuaron de manera muy diferente y eso marca las diferencias entre el orden y lo que somos… aunque nos duela mucho.

«Cuántas muertes más serán necesarias para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas». Bob Dylan (1941-?) Cantautor, compositor y músico estadounidense.

El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556

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