En educación Danilo esta en lo correcto

Por Freddy Núñez

En días pasados, mientras hurgaba en el Blog “La Educación de Calidad es Posible” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), leí un artículo de fecha 1ero. de marzo del 2016, escrito por Mercedes Mateo-Berganza y María Luisa Iribarren, titulado: ¿Cuáles son las ventajas de la jornada escolar extendida?, en el mismo las autoras describen la situación de la educación en Paraguay, dando las razones de la baja calidad de la misma, y los problemas que acarreaban las pocas horas de clases recibidas por los alumnos, la deserción escolar, y la poca capacitación del personal docente.

Así mismo, el artículo refería los grandes esfuerzos que se realizan desde el gobierno, específicamente desde el ministerio de Educación (MEC), para cambiar esta realidad.

Por considerarlo de interés vamos a presentar una parte importante de dicho artículo; Cito:

“El Ministerio de Educación (MEC) ha desarrollado un ambicioso plan de reforma de la educación para hacer frente a la baja atención, a la alta deserción y repetición de grado de los estudiantes que resulta en un bajo aprendizaje. Uno de los principales componentes de este plan de reforma es ampliar la jornada escolar de cuatro horas diarias a un total de ocho. Los estudiantes recibirán refuerzo escolar en las materias básicas, pero también recibirán horas adicionales de formación en nuevas disciplinas que añadan valor a su formación y a su comunidad, tales como deportes, artes y valores cívicos (VIDEO: Ver la experiencia reciente con el BID y Scholas Occurrentes).

¿Por qué ampliar la jornada escolar?

Un reciente documento de Holland, Alfaro y Evans (2015) revisa 15 estudios que miden los efectos de reformas educativas similares en otros países de América Latina. Los autores reconocen a la jornada escolar extendida como una medida que genera impactos positivos y ganancias en los niveles de aprendizaje del estudiante.

Mientras leíamos este documento, Angus Deaton fue galardonado con el Premio Nobel de Economía, y nos recordó que “el mundo es un lugar complicado y que reducirlo a teorías simples casi siempre es peligroso”.

De hecho, dijo que “la historia del bienestar humano, por lo que realmente vale la pena vivir, no se logra mirando solo una parte de lo que es importante”, y volvimos a convencernos que prestar atención únicamente a los resultados de las pruebas de aprendizaje en las vidas de estos chicos, claramente, no era todo lo que importaba.

Veamos más de cerca los números de Paraguay. Las pruebas nacionales estandarizadas muestran que, entre el 30% y el 45% de los grados 3, 6 y 9 los estudiantes paraguayos apenas llegan a su nivel I de IV en lectura. Y en matemáticas, este grupo es casi el 50%. Según TERCE, Paraguay está por debajo del promedio de América Latina.

Por otro lado, las estadísticas señalan que aproximadamente un 24% de los niños viven en hogares de bajos ingresos; que casi el 12% de todas las familias son monoparentales, en gran mayoría encabezadas por mujeres (85%); que hay incidencia de pobreza en estos hogares y que la probabilidad de que la madre deba trabajar es mucho mayor. También se muestra que 150 mil niños están fuera de la escuela primaria, y que, de ellos, la mayoría están en los hogares más pobres. Casi uno de cada seis niños de entre 10 y 14 años de edad trabajan (15%), el 6% de las adolescentes dará a luz un niño, y que la delincuencia juvenil representa aproximadamente un 5% del total de los arrestos.

En estos contextos, la escuela debe ser mucho más que solo pruebas y exámenes. Un análisis económico razonable en educación debe tener en cuenta otras ganancias como que los niños se mantengan en un lugar seguro como la escuela, en vez de las calles.

La evidencia muestra que más horas en la escuela puede traer como beneficios la reducción de los embarazos de adolescentes y las tasas de delincuencia juvenil. Incluso podría aumentar la participación femenina en la fuerza laboral, ya que se ofrecerían opciones de cuidado de calidad a los padres y madres que trabajan. Y, debido a que hay grandes diferencias en las posibilidades entre niños ricos y pobres de hacer algo útil con su tiempo fuera de la escuela, extender la jornada escolar puede obtener importantes mejoras en la equidad, ya que los impactos de la misma tienden a ser mayores en las escuelas más desfavorecidas y en los estudiantes más pobres.

La escuela no puede resolver todos estos problemas, pero como Marta Lafuente, Ministra de Educación de Paraguay, lo ve: la escuela puede tener un papel en la comunidad que vaya más allá de la contribución educativa tradicional. En el programa propuesto por el gobierno, la extensión de horas se complementa con innovaciones pedagógicas y otras actividades que tradicionalmente son consideradas como extracurriculares. Esperamos ver un impacto no solo en las habilidades cognitivas, sino también en las habilidades blandas que son cruciales para asegurar una buena transición de la escuela a la fuerza de trabajo”; Fin de la Cita.

Como podemos ver en el escrito anterior, la “Tanda Extendida”, o lo que es lo mismo “Ampliar la Jornada Escolar” es una estrategia de desarrollo muy atinada y que está siendo utilizada por otros países en América Latina y el Caribe, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, pues la misma no solo incide en la mejoría de los índices de calidad de la educación, aportando nuevas habilidades y destrezas técnicas que de otras forma no podrían adquirir los estudiantes, sino que también mejora considerablemente otras problemáticas sociales vinculadas a los jóvenes, como pueden ser La delincuencia juvenil, el embarazo en niñas y adolescentes, además afecta favorablemente la economía familiar, pues disminuye los gastos de alimentación de los padres en los niños y adolescentes.

Es por lo que entendemos, que la política educativa del Presidente Danilo Medina, no solo es muy atinada para el porvenir de la nación, sino que viene a colocar a la República Dominicana en la relación de naciones que se han situado definitivamente en el carril del desarrollo sostenible y que podemos por fin tener la esperanza de que prontamente podremos abandonar el subdesarrollo, rompiendo la cadena de pobreza y haciendo que la gente mire al futuro con alegría.

El Autor es Politólogo

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