¡Que terrible decepción! (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

Que efemerides mas triste,
Francisco Alberto Caamaño,
que terrible desengaño
del pueblo en que tu creiste,
esa llama que encendiste
en la fé de los palmeros,
tu porte de caballero,
tu gallardía y tu arrojo,
tu decisión y tu enojo
contra un gobierno cuatrero.

Que triste es ver tu legado
en manos de delincuentes.
Los pasados, los presentes,
por demás confabulados.
¡Ay Francis… tu pueblo amado!
servido como carroña.
Nunca viste la ponzoña
de los que te traicionaron
y a tu enemigo se aliaron
para terciarse la ñoña.

Que triste es ver tu país
después de 45 años,
como le hacen tanto daño,
gansters peores que Lilis.
La justicia meretriz,
que mas que ciega es promiscua.
Ver la juventud inicua,
que prefiere el Reguetón,
al proyecto de nación
que había en tu mente conspicua.

Triste ver tus compañeros
que hoy dirigen la nación,
envueltos en corrupción
cual si fueran gavilleros.
A palangristas rastreros
que detrás de dos pesitos,
se asocian a estos malditos
corruptos y corruptores,
que su impronta no hace honores
ni a Orlando ni a Don Goyito.

¿De que valió el sacrificio
que hiciste por la nación,
si hoy toda esta corrupción,
mas que oportunidad es vicio?

Tú, guerrillero de oficio,
patriota por convicción,
que entregaste con tezón
tu vida por una causa,
Francisco Alberto… CARAMBA!
¡Que terrible decepción!

20 febrero 2018

 

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