¿Danilo?.. ¡Un farsante!

MI VOZ ESCRITA, Por Jorge Herrera

Cuando para las elecciones de 2012, el licenciado Danilo Medina, ya candidato, y de regreso de Brasil, casi se deshace en alabanzas y reconocimientos a los gobiernos del Partido de los Trabajadores, y en el equipaje trajo su lema de campaña: “Continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo”, comenté con mis contertulios de entonces, si el otro se cagó en el país, el que vendría tiene el propósito de batir la mierda.

Recuerdo, como si hubiese sido ahora, que un amigo aún vivo, (a mí que nadie me venga con testigos muertos) poco menos que ofendido, pues sentía una admiración casi devota por esa víctima del Estado, y ya se había desmontado del cabriolé del doctor Fernández, me dijo: Con el tiempo te vas a dar cuenta de la diferencia entre Leonel y Danilo.

Acto seguido, con el impulso propio de quien está seguro de su reacción, quizás influenciado por una fuerza esotérica, le dije: Antes de que pase el tiempo que tú has calculado, vas a ver hasta dónde llega la perversidad de un don Nadie, sobre todo si es un saltimbanqui trepador, cuando se siente en las alturas del Poder.

¡Dicho, y también demostrado hasta la saciedad, sin temor alguno a que los hechos me desmientan! No soy psiquiatra ni psicólogo ni parapsicólogo ni tampoco “mediun” de esos que se venden como puente porque disque saben lo de aquí y lo de un más allá, que ellos mismos no pueden definir o cuando menos tratar de explicar.

Sin embargo, aprendí del discurso científicamente coherente del doctor Juan Isidro Jimenes Grullón, que la verdadera fuente de la sabiduría se encuentra plácida y tranquilamente en la observación, y es absolutamente cierto.

El laureado biólogo y médico francés Alexis Carrel dice: “Poca observación y muchas teorías llevan al error. Mucha observación y pocas teorías llevan a la verdad”.

El licenciado Medina es un farsante de “tomo y lomo” a quien un equipo de expertos en falsear la verdad, han llevado al pináculo de una alegada popularidad que ni ellos mismos la creen, pero que casi todos los medios de comunicación a todas luces adocenados mercurialmente se encargan de difundir de manera aviesa y malintencionada…

Ahora bien, El perverso es la consumación de todas las maldades

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