Por Juan Tomás Valenzuela
Después de una ardua labor
y excelentes resultados,
el Congreso ha presentado
a un grupo de lo mejor.
El cuerpo legislador
esta tarde juramenta
una Cámara de Cuentas
llamada a arrojar luz,
ante el nido de avestruz
de esa cafira magenta.
Poner ciudadanos probos
al frente del organismo,
no será más de lo mismo
de aquel grupo de algarrobos.
Lo que allí había era un bobo,
en el pasado reciente,
porque desde el presidente,
al más insignificante,
era un grupo de bergantes,
pá no decir delincuentes.
El grupo de bandoleros
que fue sacado de oficio,
se hicieron presa del vicio
de un gobierno charachero.
Le armaban un bajadero
ante cualquier situación,
al dolo y la corrupción
que regímenes pasados,
actuando contra el estado
junto a ese ungido bribón.
Hoy llegan nuevos decanos
de los linajes más puros,
por ejemplo, Mario Arturo,
Tomasa y Elsa Catano,
dispuestos a meter mano
para cambiar de raíz,
la conducta y el matiz
de un cuerpo de celestinos,
que troncharon su camino,
quien sabe si por desliz.
Juan de los Palotes
14 abril 2021
