Quien no esté con el ungido, aquí, ya no lleva vida (Décima)

Por Juan Tomás Valenzuela

Reinaldo, en un nuevo intento
de mediación conceptual,
le ha pedido claudicar
al Dios, vivo de los vientos.
Le fue al líder con el cuento
de que si deja esa vaina,
le dará el control de Haina
junto a la zona industrial,
pá que no le vaya mal
cuando cuelgue las polainas.

-Si te retiras ahora
y apoyas al presidente,
te juro que a tó tu gente,
incluso a las chapiadoras,
las nombraremos gestoras
de programas de gobierno.
Y antes que llegué el invierno,
(si no te mata el calor)
con el oro corruptor
yo te haré un yelmo con cuernos.-

-Si desistes de ese afán
de aspirar a otro cuatrienio,
te vamos a dar de premio
un pasaje a Culiacán,
el pote en que Garramán
huele cemento Petrón,
además de una audición
en el programa de Nuria
pá que expliques las penurias
de toda esta situación.-

-Podríamos recomendarte
en el pleno de la OEA,
que te nombren aunque sea
en la comisión de arte.
Lo que no vamos a darte,
ni a ti ni a tus seguidores,
es acceso a los valores
que a través de los impuestos
disfrutan los más adeptos
y conspicuos senadores.

Ya la mesa está servida
en el seno del Partido,
quien no esté con el ungido,
aquí, ya no lleva vida.
Daremos una barrida
estén o no estén los votos.
Y el que arme algún alboroto
adentro del hemiciclo,
va a salir en monociclo
o calibrando una moto.

Juan de los Palotes
3 julio 2019

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