La adolescente embarazada necesita ayuda, una nueva vida se está gestando

Por Ricardo Bustos

Cuando una niña queda embarazada, su presente y futuro cambian radicalmente, y rara vez para bien. Puede terminar su educación, se desvanecen sus perspectivas de trabajo y se multiplica su vulnerabilidad frente a la pobreza, la exclusión y la dependencia.

En vez de concebir a la niña como el problema y cambiar su comportamiento como solución, los gobiernos, las comunidades, las familias y las escuelas deben entender que los verdaderos desafíos son la pobreza, la desigualdad de género, la discriminación, la falta de acceso a los servicios y las opiniones negativas sobre las niñas y las mujeres, y que la búsqueda de justicia social, el desarrollo equitativo y la ampliación de los medios de acción de las niñas son el verdadero camino para reducir los embarazos en adolescentes. («El Estado de la Población Mundial 2013». Este informe fue producido por la División de Información y Relaciones Externas del UNFPA, Fondo de Población de las Naciones Unidas)

El embarazo adolescente proviene de múltiples causas como es la falta de educación sexual esto debido principalmente a una carencia familiar y de la falta de información objetiva sobre los métodos anticonceptivos u otros métodos para evitar el embarazo. También hay que ser hincapié al creciente uso de alcohol y drogas desde una edad muy temprana y al libertinaje de la adolescente.

Como el inicio de un camino para llegar a formar la tan ansiada «familia», recuerdo que en la mayoría de los casos, se planificaba la nueva vida con los consejos de abuelos, padres y tíos, quienes por experiencia nos podían ayudar y mucho. Los mas audaces, soñaban con la «casita», cuantos hijos les gustaría criar y educar y por sobre todas las cosas, el trabajo para mantener el futuro hogar.

Si vemos en el tiempo los cambios que ha producido la sociedad a instancias de los gobiernos populistas, nos daremos cuenta que todo ha perdido el verdadero sentido de la palabra «familia». Antes planificamos en la medida de lo posible nuestras vidas, ahora muchos «beneficiarios» tienen hijos en función del plan que van a cobrar y de esa manera se va perdiendo el sentido de ser padres o madres y duele en el alma ver la enorme cantidad de chicas muy jóvenes que están solas criando sus niños habiendo desperdiciado un tramo enorme de la vida para disfrutar primero y comprometerse con algún proyecto de vida saludable después.

Párrafo aparte, la despreocupación de muchos mayores ante este tipo de situación, dejando abandonada a la mano del destino a muchas jóvenes de condición muy humilde en donde ha llegado el caso de ser expulsadas de su propio hogar.

Sabemos que es un tema complejo, pero debemos reconocer que la «Educación sexual» en manos del Estado ha resultado ser un rotundo fracaso porque no se prepara a una docente de un día para otro en un tema tan delicado, con el agravante que, quizá en su propia casa ha padecido el mismo problema y no supo como solucionarlo, así que menos puede hacerlo en la Escuela.

Tampoco esta situación ha tenido acompañamiento por parte de las familias porque a los jóvenes se les informa muy poco y mal al asumir que «ya saben lo que hacen», sea por pudor de las madres con cierto arraigo tradicional conservador para transmitir el mensaje correcto o porque se cree que los chicos tienen la edad para saber cómo deben hacerlo.

Lejos de la religión, debería tenerse muy en cuenta que está comprobado y así lo afirman los profesionales de la medicina, que el aborto causa estragos en el cuerpo de la mujer cuando se reitera sin control. Si vemos los informes, nos damos cuenta que jamás hubo tantos métodos anticonceptivos disponibles y «gratis» a la hora de cuidarse durante las relaciones sexuales sin importar la edad de las parejas.

La gente «grande» aún sigue pensando que los jóvenes deben quemar etapas antes de consumar, pero sabemos que sucede todo lo contrario. La sociedad empuja a los chicos para que sean independientes a muy corta edad y es ahí donde aparecen los errores por inexperiencia.

Según un estudio del Instituto Gino Germani, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, hoy, seis de cada diez adolescentes ya han mantenido relaciones sexuales y un 44 % perdió su virginidad antes de cumplir los 16 años. La franja de edad ha bajado y en el país hay mas de 900.000 madres adolescentes.

Contrariamente a lo que muchos piensan sobre el sexo y la condición social, los más chicos en debutar sexualmente son los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que con un 68 % alcanzan el porcentaje más alto de iniciación en todo el país.

Los argentinos no podemos tener una estadística de la economía por políticas de información ocultas pero en cualquier rincón se sabe que la edad de iniciación sexual es, en promedio a los 14 años. Si bien no ha descendido la edad, sí se ha incrementado el porcentaje de chicos que pierden su virginidad con poca o ninguna experiencia. Ocho de cada diez adolescentes debuta sexualmente con su novio o novia.

El 80 % de los chicos no se cuida al momento de tener la “primera vez”. De ese porcentaje un 37 % usa la píldora del día después y al resto no le preocupan los resultados.

Ya en el año 2012, un estudio del ministerio de Salud de la Nación reveló que los jóvenes argentinos se inician sexualmente a edades cada vez más tempranas. Claro está que todas estas estadísticas quedan desvirtuadas cuando observamos la realidad en las calles.

En lo personal creo que nadie tiene derecho a juzgar, pero si, desde cada lugar en la sociedad buscar la forma de colaborar de alguna manera cuando el hecho está consumado y no hay marcha atrás. Una vida no se compra… no se vende, se acompaña y cuida porque es lo mas importante que tenemos los seres humanos, solo tenemos que encontrar el equilibrio que nos permita comprender que no todos somos iguales y ante los cambios que está viviendo la sociedad se debe actuar en consecuencia.

Quizá resulte difícil la misión, pero al menos se puede intentar. Una de las formas es hacer hincapié en el rol que corresponde a los varones en este tipo de situaciones ya que en la actualidad están ausentes de cualquier responsabilidad que les corresponde por ser la otra mitad del problema.

El machismo también es parte de esta situación a la que someten a las chicas que, muchas veces se entregan por amor y párrafo aparte para los mayores que se aprovechan de la ignorancia de las adolescentes.

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